Por: Elsa de Ramírez
Cuando muera la tarde,
volaré con ella y abrazaré la noche oscura,
no importan los aullidos de los lobos
ni los silbidos de los búhos.
Cuando muera, los ríos detendrán su corriente
y el sol apagará su luz,
cuando muera, alzaré vuelo cual mariposa
y me perderé en el espacio, en el infinito, en el más allá.
Cuando muera, abrazaré la
gloria de una nueva vida,
por qué estaré muerta, pero
mi cuerpo inerte jamás se desfigurará,
porque hay algo misterioso
en mi propio ser,
algo extraordinario, algo ineluctable
Cuando muera, volaré ¿cuál mariposa dije?, no, no, no,
Seré más bien un águila que majestuosa e imponente
Estremeceré el espacio con mis alas gigantescas
Y seré yo, yo, Elsa, así conocida en el mundo terrenal,
Cuando muera, mi espíritu y mi alma ya estarán en lo ignoto
Y de repente…
Soltaré en llanto, o
tal vez carcajadas o
a lo mejor estaré muy seria.
Cuando muera… no sé…, es
un misterio, es mi imaginación,
es algo así como un sueño
o a lo mejor una pesadilla,
pero en mi propio Yo, siento algo diferente,
como un motor en mi
conciencia,
dilatado, sorprendente, extraordinario.
Cuando muera, quiero elegir mi muerte,
quiero llegar al reino de los cielos, como una princesa vestida
de blanco,
ese albo inmaculado que
haga sentirme eso: una princesa,
pero no una princesa cualquiera, sino más bien, selecta,
exclusiva, soñadora, esa soy yo. Elsa
Ramírez García
Tegucigalpa, M.D.C. 20 de enero de 2012 08:15pm
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