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Ya no llores por mí


Por Elsa de Ramírez

Escuchando la dulce y a la vez triste melodía “ya no llores por mí” (del grupo Tercer Cielo) interpretada por el dominicano Marcos Yaroide es que estoy aquí, frente a mi máquina de escribir (computadora), tratando de hilvanar algunas frases que salgan desde lo más profundo de mi pensamiento, dedicadas a mi hermano José Fernando Ramírez García (Q.D.D.G.).

Joche como lo llamábamos cariñosamente, nació en el Hospital General San Felipe el 20 de julio de 1961; era hijo de Faustino Ramírez Rodríguez Q.D.D.G. (23 de diciembre, 1935/17 de octubre, 2009) y María del Rosario García Q.E.D. (20 de octubre,1932/15 de abril, 1987); estaba casado con la licenciada Rosalidia Mendoza con quien procreó un hijo, Fernando José, hoy todo un valioso médico cirujano dentista (Odontólogo), orgullo de la familia.

Mi hermano amó a su manera ya que nunca aceptó ataduras de ninguna especie, vivió con intensidad, disfrutó, también, las riquezas espirituales que el mundo ofrece, en el corto período que el Altísimo le prestó para permanecer en la tierra.

José Fernando realizó muchas actividades entre ellas supervisor de campo en el Instituto Nacional de Estadísticas, asimismo laboró en el Instituto Nacional de Cartografía y últimamente realizaba diferentes oficios y artes que aprendió en el Instituto Hondureño de Formación Profesional (INFOP) electricidad, fontanería, albañilería, mecánica, carpintería, etc., en fin, fue un hombre polifacético en el más amplio sentido del vocablo, dicho en otras palabras, fue un hombre __mil usos__, genial, responsable e incansable.

Siempre permaneció atento a la suerte y desenvolvimiento de sus hermanos Ramón, Fausto, Francisco Q.D.D.G. (1956), Elsa, Hermes, Yolanda Q.E.D. (1960/1976) Q.E.D.; Carlos, Magda, Lourdes y Walter. De igual forma su esposa, hijo y demás familia.

Fue un ciudadano muy reservado, sin embargo, disfrutó de una enorme cantidad de amigos que lo respetaban y admiraban con mucho afecto, por su natural don de la solidaridad.

Mi recordado e inolvidable hermano, ingresó a la sala de emergencia del IHSS un sábado 16 de mayo en horas de la tarde del año en curso 2020, por adolecer de un doloroso malestar, mismo que lo llevó a la tumba, falleciendo en uno de los cubículos de dicho centro hospitalario como consecuencia de un infarto del miocardio, el 19 del mismo mes y año, después de haberle realizado un procedimiento de cateterización, el cual como es lógico, no resistió.

Su cuerpo fue velado en funerales Confía de la Colonia Tepeyac de esta capital y al día siguiente se realizó su sepelio en el cementerio Jacaleapa de esta ciudad.

Su sepulcro fue decorado con vistosas y perfumadas flores traídas de los jardines adyacentes a Tegucigalpa.

Antes de cerrar esta página dolorosa, es preciso reconocer el espíritu eminentemente solidario y filial de todos sus hermanos y sobrinos, quienes se volcaron inmediatamente que conocieron la infausta noticia, en atenciones y todo lo necesario para un decoroso funeral.

Que las siempre vivas del recuerdo permanezcan siempre frescas en el lugar donde reposan sus restos mortales y que su alma bondadosa halla sido recibida por el creador.

A su memoria transcribo parte de esta preciosa melodía nostálgica que sirvió de fondo para el homenaje-video póstumo que le tributó su sobrino José Francisco.

 “Ya no llores por mi (Tercer Cielo)

Yo te extrañare, tenlo por seguro/fueron tantos bellos… momentos que vivimos juntos/los detalles, las pequeñas cosas, lo que parecía no importante

Son las que más invaden mi mente al recordarte.../Ojalá pudiera devolver el tiempo para verte de nuevo/para darte un abrazo y nunca soltarte.

Más comprendo que llegó tu tiempo/ que Dios te ha llamado para estar a Su lado. Así Él lo quiso, pero yo nunca pensé que doliera tanto.

Ya no llores por mí, /Yo estoy en un lugar lleno de luz, /donde existe paz, donde no hay maldad/donde puedo descansar.

No llores por mí, es tan bello aquí, (nunca imagine).

Quiero que seas feliz, que te vaya bien. Y cuando te toque partir, espero verte aquí.

Yo te extrañare, tenlo por seguro

¿Como pensar que la vida puede terminar en un segundo?”

 Descansa en paz hasta la eternidad José Fernando


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